Melchor Muzquiz 1er Gobernador de Mexico, fundador de la Republica y su 6° Presidente

Don Melchor sale al Sol en la Biblioteca del Rancho La Florida...

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• ...cuando tomó posesión de la presidencia para suplir a Anastasio Bustamante que salió a combatir a Santa Anna. Melchor Múzquiz advirtió al congreso la ineficiencia y mala situación en que se hallaba el gobierno pero había aceptado porque recordaba que "soy mexicano y qué debo hacer a mi patria todo el bien qué estuviere a mi alcance" lo que no le alcanzó fue el tiempo, enemigos del equipo SantAnnista, ya influenciados por la teoria del “Destino Manifiesto” de los norteamericanos, conspiraron para sacarlo de la presidencia y neutralizar su patriotismo, y gobernó apenas cuatro meses.

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• Antiguo insurgente, -uno de los pocos militares que no fue realista-, general de división, ya había sido gobernador del estado de México y comandante militar de Puebla cuando fue invitado por el congreso a ocupar la presidencia que dejaba con licencia Bustamante. Múzquiz tenía el aprecio de todo el mundo debido a que su gran cualidad era la honradez a toda prueba. Además, se reconocía la firmeza de sus propósitos y sencillez y humildad en el trato con los demás. Sin embargo, los más destacado de su conducta era la “tendencia a atesorar en las cajas nacionales”. En efecto, él un hombre que aborrecía profundamente la corrupción y el robo de los caudales públicos, y exageraba tanto sus previsiones que le gustaba concentrar el producto de los impuestos en una habitación que hubo que apuntalar para que no se derrumbara por el peso de las monedas, no gastaba absolutamente nada, ni un solo peso para entregar siempre cuentas perfectas, sin asomo del menor desfalco atribuible a él.

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• Lamentablemente tanto cuidado con la administración fue inútil, Múzquiz tomó muy en serio su papel de presidente y comenzó a gobernar apoyado en un ministerio formado por destacados “hombres de bien” a los que dirigía de manera subrepticia Lucas Alaman de quien se dijo era el consejero secreto del propio Múzquiz pero que en realidad era contrario.

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• Sin embargo, los esfuerzos de Múzquiz resultaron inútiles: su 'amigo' Bustamante los acabó al negociar en la Hacienda de Zavaleta, con Santa Anna la paz por separado sin tomarlo en cuenta, dejándolo en el ridículo.

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• Ofendido, Múzquiz presentó al congreso su renuncia, pero no le fue aceptada: por el contrario le pidieron que siguiera gobernando. Santa Anna, Bustamante y Gómez Pedraza -ajenos a la mínima decencia de avisar a Múzquiz- se habían puesto de acuerdo para que el tercero fuera el nuevo presidente. Cuando Múzquiz se enteró ya no era presidente. Y simplemente salió de palacio nacional y se fue a su casa.
• Pero mantuvo su dignidad. Días después, cuando en palacio ya despachaba Gómez Pedraza. Múzquiz, a quien oficialmente no se le había avisado que dejaba de ser presidente, se dio el lujo de reprender públicamente a Gómez Pedraza, a quien amonestó por la forma en que se introdujo al país y por usurpar una presidencia que legalmente no le correspondía. En venganza, Gómez Pedraza dio de baja del ejército a Múzquiz.
• Tiempo después, el patriotismo de Múzquiz fue reconocido. Primero le rehabilitaron su grado de general de división y luego cuando a partir de 1836 se instituyó el Supremo Poder Conservador entre cuyas funciones estaba controlar a los otros poderes, así como determinar la voluntad de la nación, fue electo presidente de ese órgano que según la ley exigía los requisitos de haber desempeñado algún alto cargo público y gozar de buena fama, ambos lo satisfacía con creces Melchor Múzquiz.

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• La honradez y el honor lo llevaron a la ruina. Como no sabía hacer otra cosa, siempre vivió de su sueldo de general, aunque no se le pagaran los haberes. Tras dejar la presidencia, alguna vez se encontró en la calle con el general Santa Anna quien lo regañó públicamente por el mal estado de su uniforme, indigno según Santa Anna, de un general de división que, además había sido presidente de la república. Múzquiz respondió que no tenía dinero ni para mandarlo remendar.

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• Sin más medio de vida que su carrera y sueldo de general a su muerte dejó a su familia en la indigencia y su viuda, Joaquina Bezares, mujer extraordinariamente buena, se vio en la necesidad de abrir una escuela, que conservo hasta 1858 donde educo a muchas niñas, madres despues, que la quisieron muchisimo y la tomaban como su consejera, por su clara inteligencia, prudencia genial, amabilidad avasalladora y una virtud y caridad tan admirables que se le creia una santa... recientemente, en el mágico 2002 Sara Sefchovich publicó “La Suerte de la Consorte, las esposas de los gobernantes de Mexico: historia de un olvido y relato de un fracaso” en ella Sara describe a la Bezares y al General Muzquiz en su exacta dimensión... en otras notas seguire con el tema