...a 71 años de la Revindicacion Petrolera Cardenista y a 100 del nacimiento de Elena Huerta Muzquiz
El 18 de marzo de 1938, a las diez de la noche, el presidente mexicano Lázaro Cárdenas decretó la expropiación de la industria petrolera, en contra de más de 17 empresas extranjeras dedicadas a la extracción en el suelo nacional. Estas habían desobedecido un fallo de la Junta General de Conciliación y Arbitraje, que las obligaba a aceptar las demandas del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana y que consistían en una jornada de 40 horas de trabajo y el pago completo del salario en caso de enfermedad.
Para ello, Cárdenas convocó a la nación mexicana a colaborar para pagar la indemnización correspondiente a los industriales estadounidenses y británicos principalmente. El pueblo de México se volcó a las calles en apoyo a la medida y acudió en masa a cooperar, hasta con gallinas, para cumplir con el llamado presidencial. Un año y medio después estalló la Segunda Guerra Mundial, evento que permitió al presidente estadounidense, Franklin Delano Roosevelt, convencer a sus aliados para que levantaran el embargo petrolero que habían impuesto a México, lo que a su vez impulsó a la incipiente empresa paraestatal PEMEX. Desde entonces a la fecha, Pemex se ha convertido en una de las más importantes fuentes de ingresos del Gobierno Federal y también, periódicamente, en un tema de debate de los más controvertidos. Y parece que a 71 años de aquel llamado del presidente Cárdenas, la batalla por el petróleo mexicano se reanuda de nuevo
Elena Huerta Múzquiz nació en la ciudad de Saltillo en el año de 1908, fue hija del general Adolfo Huerta (quien fuera gobernador provisional del Estado de Coahuila del 4 al 6 de septiembre de 1915) y de doña Elena Múzquiz Valdés (cuyo padre fue el licenciado José María Muzquiz gobernador interino de Coahuila en 1893 y luego constitucional en 1894). Pertenece, en efecto, a una familia de destacadas personalidades en ambos apellidos.
Elena, conocida por familiares y amigos como “la Nena Huerta” fue una joven inquieta que estudió en la Academia de Pintura del maestro Rubén Herrera y luego viajó a la capital del país, en 1927, donde vivió de cerca los movimientos políticos y sociales de la época. En esta etapa decide ser activista del Partido Comunista Mexicano (PCM), luego contrae matrimonio con Leopoldo Arenal, relacionándose con personajes que la historia ha considerado claves en el arte y en la lucha social. Perteneció a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y más tarde al Taller de la Gráfica Popular.
Elena Huerta fue pintora y grabadora, pero también autora de obras para teatro guiñol, maestra y destacada activista política. Su participación social y política sigue siendo un ejemplo. Por otro lado, además de visitar varios países, como parte de su actividad política, “La Nena” viaja por la Unión Soviética, durante la Segunda Guerra Mundial, acompañada de sus dos hijas, dejando enseñanzas en sus andanzas por varios países en diferentes épocas de su vida.
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