Antonio Suarez Flores, fué el tercero y último de tres Caporales de La Florida hacienda fundada para crear empleos en plena Depresión Mundial
- Cleto López, que con sus hermanos, Eusebio, Ramiro, Luis y Rodolfo iniciaron la historia ganadera. El administrador creo que era mi tío Edmundo Múzquiz Aldape y cuando el se fué a formar su propio rancho El Comandante vinieron otros incluyendo al pariente Enrique Múzquiz Aldape, que curiosamente llevando los mismos apellidos, no eran hermanos, del tiempo de los López, recuerdo que a su mamá, doña Estéfana y a sus hermanas y a sus sobrinos, Endo y Chebo y otros mas con quienes jugábamos cuando veníamos Javier, Teresa y yo de vacaciones al rancho, el segundo Caporal que yo recuerdo fué:
- Mencho Lira Lara, de corte Kikapú, muy conocedor del monte, casado con una hermana de Benito, Juan y Miguel Cadena, que trabajaban tambien en La Florida, Mencho murió de una operación en hospital, el tercer Caporal fué:
- Antonio Suárez Flores y manejó al rancho con sus hermanos, Aurelio, Ramón, Juan y Luciano todos de apellido Suárez Flores, por su lado materno, primos de mi primo hermano, Juan Múzquiz Flores, a mi hermano Javier, a mi y a los Suárez, nos tocó trabajar La Florida en la época más dificil, cuando estábamos entre 1950 - 1952 formando la Compañía Minera La Florida de Múzquiz, para crear fuentes de empleo, a pesar de estar en plena crisis la minería y tratando de no impactar la esencia ganadera del Rancho, en ese empeño, don Gaspar Lobo Ñañez, ingenioso constructor nos ayudó y se construyeron; cercas, pilas para abrebaderos del ganado, los corrales de piedra sin esquinas y diseño avanzado para manejo eficiente, la cerca que rodea la casa grande y la torre y tinaco para el agua potable del rancho.
Cada día que pasaba se fueron canalizando las utilidades del rancho La Florida a las exigencias siempre crecientes y no redituables de la Minera La Florida, mas adelante comentaré el impacto de esa dualidad minera - ganadera y como afectó a don Miguel, haciéndole pasar por episodios y circunstancias tan injustas (para un altruista como él) y tan dramáticas, como Cervantes no se atrevería a imaginar para su don Quijote de la Mancha... y aún siguen "bastos" en la baraja para el rancho La Florida
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