Primer Minado de Carbón a Cielo Abierto en México
En anteriores entradas les he comentado que la familia Múzquiz y Ecay Múzquiz formó parte de la nueva Extremadura o provincia de Coahuila, de las llamadas provincias internas, y tuvo presencia en el valle de Santa Rosa desde su fundación, y que mayormente se dedicaron a la ganadería y a la agricultura, con poco interés por la minería.
Sin embargo don Miguel Múzquiz Aldape, empresario de corazón, en 1932 con recursos provenientes del rastro de Tacuba fundó el rancho la Florida, la Cremería La Moderna y dominado por su instinto empresarial, no vaciló en 1952 en transformar su rancho ganadero la Florida que funcionaba muy bien con menos de 20 trabajadores, en una compañía minera que proporcionara más fuentes de empleo. Don Miguel no era minero sólo lo impulsó su espíritu creador, pero le mortificaba que en ese ramo los trabajadores afrontaran día a día muchos peligros por la naturaleza del trabajo.
A don Miguel le gustaba mucho jugar dominó, un día, estando con un grupo de amigos en el club Americano A.C., de la Ciudad de México, le tocó de compañero en una partida al promotor de negocios Russell Squire III, persona que tenía intereses mineros en Panamá, en esa república empresarios relacionados con el señor Squire, operaban dragando los ríos para sacar oro. El equipo que usaban eran grandes dragas de arrastre, draglines por su nombre en inglés, y enterado de que papá había iniciado la compañía minera carbonífera la Florida y que él minado se estaba haciendo por medio de tiros inclinados, le comentó que en algunas partes de EE.UU. sus socios empleaban también las dragas para sacar carbón mineral a cielo abierto, es decir retirar el material que cubre los mantos de carbón hasta llegar a estos, y así se eliminaba por completo la necesidad de usar soportes para el techo de las galerías que daban acceso a los mantos de carbón, otro ahorro grandísimo era que no se tuviera que establecer un complicado sistema de ventilación, y desagüe de los cañones, aparte del peligro de explosiones, derrumbes, o inundaciones del complejo minado subterráneo.
En su desarrollo, la compañía minera la Florida había encontrado dos mantos principales, los dos de una espesor interesante y por sus análisis, de una calidad muy buena, para la cuenca a la que pertenece, sin embargo es característica de esos mantos que tengan asociados a corrientes freáticas, algunas infiltradas por ciénegas, arroyos y ríos superficiales y es por eso que se tenga que mantener un bombeo eficiente pues el agua es un problema, otro problema es la cantidad de gases, que ,aparte de venenosos en muchas localidades son altamente explosivos, otro problema es que el cielo de las galerías es muy falso y por ello el mantener controlados los “caídos” o sea los derrumbes, significa un costo alto.
A don Miguel le interesó conocer el sistema y me mandó a visitar algunas compañías sugeridas por su amigo, a los que Squire había contactado para que me atendieran, así es que fui a Texas, Luisiana, Arkansas y Missouri, me llamó la atención en muchos de los mantos de carbón que visité que el espesor era en algunos casos, de uno, dos o tres pies de espesor, mucho muy abajo del espesor de los mantos en la Florida que fluctuaban entre los cinco hasta ocho pies de espesor. Había sin embargo una diferencia notable en la pendiente o inclinación que llevan los mantos de carbón, pues los visitados en su mayoría eran casi planos, y en la Florida llevan una pendiente es decir se entierran con una proporción alrededor de entre 7 y 17 metros por cada 100, otra diferencia muy notable era que las capas de material que cubre los mantos en los lugares visitados eran materiales suaves a diferencia de los de acá en Coahuila, materiales duros sin excepción. Después de esa visita, me fui a México con mis apuntes y fotografías, los que expuse en una junta con papá y el señor Squire, que en esa vez, se presentó con cuatro asistentes y que tomando en consideración las diferencias en los espesores de manto, materiales de capote y firmeza de los terrenos, determinaron que sería conveniente considerar la operación de una draga de arrastre con cucharón de 25 yardas cúbicas o más.
Así fue que el señor Squire y yo regresamos a los Estados Unidos, y me llevó a una compañía donde seguí ponderando el sistema y empecé los tratos para traer la draga que me propusieron, era una de 27 yardas cúbicas, pero... siempre hay un pero, la dicha draga había que ordenarla, la fabricarían, la armarían y la desarmarían para embarcarla y tardaría tres años en llegar a la minera la Florida, y además tendríamos que construir una espuela de ferrocarril para armarla cerca de su destino de trabajo... Tendríamos que pensar en otra opción.
El señor Squire me conectó con un personaje que tenía una draga que por algunas circunstancias no la iba a necesitar de inmediato, y que ya estaba construida, era muy esbelta y lo más importante tardaba poco en desarmarse, embarcarse, y volverse a armar en un lapso de tres meses, y como se movía sobre orugas podría ser armada en la estación de Barroterán sin necesidad de construir espuelas, pero... este pero era que nada más tenía capacidad para un cucharón de 7.5 yardas cúbicas. Así fue que nos hicimos de la Lima 2400 que trajimos a México.
Para la época en que esto estaba tratándose la minera la Florida que había sido creada en parte para darle trabajo a mineros que habían sido vetados en las compañías carboníferas extranjeras dominantes en la época, estamos hablando de los mineros que habían marchado en la caravana que se llamó del hambre a pie con sus familias hasta el distrito federal, y de una forma u otra Minera La Florida de Múzquiz, fué siendo presionada por haberles dado trabajo... nos negaban pedidos y nos sosteníamos con pequeños o medianos clientes, no había utilidades en nuestra operación.
El capital de la compañía se había empleado en pagar las exploraciones y estudios necesarios para localizar los mantos de carbón exactamente en el terreno, asunto costoso por que los Múzquiz estábamos pagando el noviciado en minería...
Por cierto, a cuantos amigos y gentes relacionadas al carbón que les confiamos nuestros planes, todos, sin excepción pensaban que era una tontería, especialmente el personal de las otras carboníferas, la más importante era la Asarco, una americana, uno de los altos funcionarios estaba casado con una sobrina de papá y su comentario era; primos, ustedes creen que si mi compañía de las más grandes del mundo si pensara que minar el carbón de la región a tajo abierto fuera negocio, no lo hubieran ensayado yá, otro, gerente de la carbonífera más próxima y segunda en importancia en la región, casado con una amiga de la infancia de Múzquiz, decía, muchachos, por la amistad que nos une y por los nexos casi familiares que los une con mi esposa, me siento obligado a tratar de disuadirlos, van a arruinarse, a quedar en un petate, no es posible en la región minar el carbón a cielo abierto, y así por el estilo todos los demás. Nadie, pero absolutamente nadie pensó que pudiera ser exitoso el sistema.
Hoy, a mas de 50 años de distancia vemos, que a nosotros en lo particular por circunstancias que más adelante narraré, no nos redituó en dinero fundar Minera La Florida de Múzquiz y por ende tampoco nos redituó en dinero fundar el poblado Minas La Florida que sostiene 2,500 habitantes, no nos redituó tampoco en dinero el haber sido los pioneros de un sistema que nadie de las compañías mineras de esa época pensó factible y que hoy es el que mantiene a la minería carbonífera funcionando con una producción anual de miles de millones de pesos....
redituando que nadie se acuerde del visionario empresario que sin ser minero y contrariando los pronósticos de los expertos, persiguiendo y ganando sólamente su auto-estima inauguró este sistema.
Cosas de la historia...
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